Esta tradición hunde sus raíces en la misma historia de la ciudad. Está datado que la costumbre de exhibir nacimientos en los hogares y casas particulares, especialmente en los palacios de la nobleza de la ciudad, existe desde el siglo XVII, recogiendo de esta forma la tradición que introdujo desde Nápoles el rey Carlos III.
La principal característica del belén jerezano es su realismo, es decir, la elevada autenticidad que se alcanza en las composiciones, ya sea en recreaciones de interiores como de exteriores o paisajes, todo conjugado con efectos de iluminación y una imaginería acorde con la escena ideada. En definitiva, según los expertos, el nacimiento en Jerez tiene identidad propia y definida y, lo que es más importante, perfectamente diferenciada de los restantes estilos existentes en el país. En la actualidad, junto con Cataluña -pionera en la tradición belenista en España-, Jerez aporta una importante fuente de creatividad y pujanza del nacimiento